Alaridos y sangre (PRIVADO)

Tenia curiosidad… la sangre de muchos que murieron en sus manos tan vagamente como aquella orden que escuchaba siempre en sus oidos, por mas que quisiera sabia que no podia olvidarla.. la mayoria de los cuerpos estaban en ese lugar. Ni idea la verdad el porque de caminar, quizas era el recuerdo de viejos tiempos en los cuales todos le temian.. un vago recuerdo agradable...

Era su mas profundo placer, esa punzada que le recordaba tanto dolor que le excitaba, si hubiera una palabra para describirlo.

Se quedo inmóvil a unos centímetros, prendiendo el cigarro cual luz pequeña y caliente hizo un pequeño reflejo en la oscuridad del cementerio, y ese aroma a tabaco empezó a inundar una ves mas su esencia y sus ropas.. era belicoso de verdad


Y desde su incorporación, empezó a caminar por el lugar, emitiendo con sus tacos de zapatos cafés hasta llegar a no dos mas tumbas..


Esa sensación, un fuerte golpe de aire que le dio en el rostro solo le indicaba la presencia de alguien especial entre los podridos cuerpos

- un Sacrifice…-

Le pareció verlo alli… tan miserable olfateando como perro hambriento las tumbas en busca de
comida…..?

No, al parecer tenía cosas mas bellas que cautivar en esa preciosa noche de luna llena.

Sus pies volvieron a quedarse inmóvil, ante la rosa que aquel Sacrifice había lanzado, como si,
para él, le hubiera cotado el camino, una extraña y preciosa piedra teñida de rojo que descansaba bajo su sombra pero que no se atrevió a recoger, no señor, esa rosa era de el, el tenia que buscarla y si era una invitación no la recibiría… no andaba de ánimos para tontos juegos, aunque eso le costara la curiosidad de los encantadores gestos del muchacho que al parecer venia hacia él… eso es…

-Malo? Pero si tu has lanzado la rosa a mis pies- respondió con una famélica sonrisa en sus
bellas facciones al tiempo que la rosa adornaba su chaquetón café- Con un vivo o muerto, la rosa se marchitara de igual forma… le han cortado la vida y ahora agoniza..-

¿Poco comun? Para nada, el tipo sabia hacer que una noche normal fuera especial, mas por sus
comportamientos, y esa reverencia que le costo una risa por abajo, pero sin despegar su mirada tras esas gafas redondas

-Por lo que noto, las cabezas de ahora no me reconocen.-

Basta de palabras, acomodo su bufanda cubriendo esas dichosas y siempre deleitantes vendas en su cuello mientras caminaba con una mano en el bolsillo y otra acariciando la rosa
hasta llegar a la tumba de un infante, era la tumba as hipócrita que había visto jamas

-Agatsuma….Soubi, Franco-

Girando lentamente su cuerpo hacia el

-El placer, al parecer entonces es de dos… y… Cual es.. tu verdadero nombre?-

Se quedo en silencio, perturbadora mención sobre la curiosidad del gato sin orejas, claro que tendría un tiempo laro para responder a todo lo que ansiaba.

Quizas ya no tan cortante omo solia hacer antes sin embargo, no se le escapaba de su mente que esos ojos sin fondo los habia visto antes en alguna ocacion, no, no era en la escuela pero su mente se habia confundido con vagos recuerdos que quizas ya no importaban.

Saco de su gabardina un encendedor plateado el cual acerco con llama en la cabeza deo objeto hasta prender el cigarrillo para aquella persona que no dejaba de mirar a los ojos


-Recordar… Es una palabra que no sirve mucho y el lamento por aquellos que desconozco tampoco es una gran opcion. Quizas… algo me atrajo, o simplemente queria saber que hasta los mas poderosos terminan bajo los pies de otros-

Sintiendo la necesidad de ese delicioso aroma a tabaco y el cigarro que estaba bajo sus pies, regreso por otro el cual solo le provocaba relajo extremo


-Seria la misma pregunta pero no tengo derecho… solo una ¿te he visto antes?-

Casi en susurro por lo ultimo preguntado hasta apoyarse en una lapida cual estatua de angel sostenía una espada en punta sobre la cabeza del castaño