Un Lobo perdido (PRIVADO)

En aquel día sin escuela estaría bien ir a la playa... Aunque no hiciera buen tiempo precisamente. Gracias a eso habría menos gente, viento, y por lo tanto, tranquilidad para el pequeño neko. Qué bueno era sentir el viento ondear tus cabellos y acariciar tu piel... Qué más da que cogiera un resfriado, ya se curaría.
Ritsuka sonrió de lado para sí, pero entonces comenzó a oler a tabaco. Qué asco. Se volvió para mirar a un hombre bastante alto, pero lo ignoró y regresó la mirada al mar. Sentado sobre la arena entrecerró sus ojos.

Estaba... cantando... Al pequeño parecía resbalarle una gota por la sien, pero no miró al hombre. Oh Dios... Eso era un... ¿demente?
No pudo aguantarlo, una vez se encaminó a la orilla lo miró, curioso, levantando un poco el rostro. Y encima se reía...

Se quedó quieto sin reaccionar.

Se... acercaba... Lo cierto es que le entró un poco de miedo. Apoyó las manos en el suelo por si acaso, y lo miró con una mezcla de susto y vergüenza.
... ¿Por qué dijo eso? Se limitó a mirarlo fijamente, mientras una gota parecía resbalarle por la nuca.

Continuó mirándolo con ese miedo, y cuando... ¿ladró? se sobresaltó un poco, alejándose escasos centímetros. Aunque al final salió se esa especie de trance y consiguió hablar.

-¡No soy mudo, y menos idiota!- Gritó un poco enojado. -... M-mi nombre es Ritsuka...- Se levantó, su mal humor se intensificó. -¡¿Y por qué te tengo que decir mi nombre?!- Dijo dándole la espalda, vaya loco estaba hecho ese sujeto.

Lo escuchó sonrojándose, y al escuchar su nombre giró su cuerpo para mirarlo por encima del hombro.

-Encantado, Franco.- Dijo con tono sarcástico. "Por qué viene, con lo tranquilo que estaba?" Pensó y continuó mirándolo.

Suspiró molesto a su comentario y lo miró de reojo. ¿Estaba mirando sus orejas? Fue a alejarse pero no le dio tiempo cuando ya estaban sus labios sobre ellas, no pudo evitar soltar un leve gemido.
Luego de apartarse lo miró sonrojado.

-¡¿Q-qué?! ¡¡No!!- Dijo levemente asustado apartándose escasos centímetros.

¿En qué momento se le ocurrió ir a la playa para encontrarse con ese hombre? ¿Y a qué venía esa estúpida pregunta? Sólo quería salir corriendo, pero ahora se encontraba en su mano mirándolo obligado.

-E-ehm... Supongo que uno de nieve...- Respondió apurado y un tanto asustado.

Alzó una ceja y lo miró raro al reírse de pronto... Aunque esa lengua rozar sus labios... Esos ojos... Lo hicieron sonrojar levemente y apartarse unos centímetros más.
Abrió mucho los ojos al oírlo gritar eso. ¿En qué demonios estaba pensando?

-¿¡Qué estás diciendo!?- Gritó al mayor, pero en ese momento la poca gente que había allí comenzó a mirarlo, intimidándolo, y haciendo que retrocediera.