Llegada...

Entre por la puerta y la cerre levemente... mirando el departamento cautelosamente, era confortable y serviria para lo poco que pararia en el. Dejo su equipaje y enseguida se sento cerca de la ventana a mirar por ella, haciendo que su cola se moviera de lado a lado ollendo su cascabel sonar.
-... recuerdo cuando este cacabel lo usaba como complemento de mi gargantilla... - se dijo para sus adentro con una sonrisa melanconlica.

Fijo su mirada hacia el adulto que acababa de llegar, tenia una piel tenue y ojos como rubi, y le llamo la atencion su tatuaje, quitandose de su modo pensativo, se levanto a darle la bienvenida.
-Buenas caballero... por favor... no se quede fuera, pase- le hizo un gesto amable, haciendo nota el tintineo de su cascabel.

Me llaman Black rock shooter... pero para aquellos que merecen vivir pueden llamarme simplemente Black- esvoce un media sonrisa- agradezco su visita, he llegado hace nada, y pues... no esperaba que me viniera a recibir nadie- dijo mientras volvia ha hacer sonar su cascabel, atado a su cola.

- ¿Puedo ofrecerle algo de beber? ¿ o quizas cualquier otra cosa?, no quiero que se sienta incomodo ahi de pie.- le comento mientras le hizo un gesto para dirigirse a la cocina.

-Cierto, no es muy comun, pero decidi que fuera asi, despues de mi vida tan.... oscura.
Tras la peticion del muchacho, sentado en una de la sillas, comenzo a preparar el cafe.
- Tengo 16 años... soy algo joven... pero me gusta vivir independientemente. - giro su cara para poder mirar sus brillantes ojos carmesi, y devolverle una amplia sonrisa, dulce, aunke misteriosa.

-Pues... de momento sano mi vida recogiendo esto... - abre la nevera y se ven 3 frascos de sangre- soy una asesina, y me gusta guardar sangre... de personas mentirosas- le sonrie con cara seria.
- y usted, ¿ a que se dedica?... me trae mucha curiosidad... por el tatuaje que lleva... me parece... bonito- dijo un poco curiosona.

Le maravillo su frase: -Digamos que mi oficio es parecido al tuyo, pero yo lo hago por el arte- , el llevava su oficio como si fuera arte, le parecio... divino, por decirlo de algun modo, cuando el mayor le señalo la cafetera volvio al mundo real.
-Oh vaya!!, se me habia olvidado... -apago la cafetera, y la agarro sin temor alguno de quemarse, cogiendo una taza y siviendo el cafe a Mad. Rascandose la nuca por su despiste.

Pudo leer, por su expresion, que el cafe no tenia buen sabor, cosa que no era extraña, no era buen cocinando, asi que me sente cerca del mayor.
- Si... no soy muy buena en estas tareas de la casa...-dijo simplonamente, poniendo un gesto divertido.
Se dio cuenta que la miro de arriba a abajo.
-Un... si - movio las orejitas, haciendo resaltar el pendiente de estrella que lucia- aquellos hombres que intentaron arrebatarmelas, por mentirosos... los mate y... guarde su pecado en unos frascos, pero... no tengo ningun inconveniente de que me sean arrebatadas, eso si, siempre por una persona que no posea el sentido de la mentira.- lo miro con sus ojos negros, haciendo chispear su ojo izquierdo en un tono azulado.

Sonríe ladino, si la lasvicia se podía notar en mi mirada, ¿Muerte? Quizás era un precio muy cara, pero la ambición era grande, Avaricia fiel pecado que en mi era virtud. Me levante y me acerque a la joven hasta quedar a un palmo de ella.

-No tengo por qué mentirte, quiero tus orejas-

Dije a secas con vos enronquesida, sin borrar la sonrisa sensual y lujuriosa, me incline para morder su oreja izquierda con suavidad, no tenía por qué ser brusco a menos que la situación se complicara.

-¿Me darías tus orejas?-

Susurre dejando que mi cálido aliento rozara el pelaje de sus afelpadas orejas felinas.

Se le erizaron todos los sentidos, ya que, aquel muchacho habia tocado su punto debil, el unico que tenia..., lo miro fijamente a sus ojos... aquellos ojos que la maravillavan.
-yo-yo... ¿po-poque las qui-quieres? - dijo entrecortadamente intentando mantener la firmeza, sin poder controlar su instinto.

El mayor estaba consiguiendo que su autocontrol se desplomara, esta arrinconada y sentia los sensuales labios de franco rozas su felino punto debil... ya no aguantaba mas... su barrera se habia roto, su ojo izquierdo se volvio de un color totalmente azulado, y su expresion se volvio algo... temerosa, y con una sonrisa le respondio:
- Si las quieres... intenta quitarmelas - volvio a mover su cola haciendo resonar, esta vez, mas fuerte su cascabel.

Sus manos recorriendome mi cintura, desbordaba mi matriz, deseaba que se me complaciera, se habia prendido la mecha... y ahora estaba ardiente, estaba indefensa hacie eso ojos, ojos que me gustaban por su significado, la sangre que el mayor habria hecho derramar por sus manos, que hacia que su deseo de que la poseyera fuera mayor.
- mi cuarto esta por alli...- agarro firmemente de la mano y con un sensual movimiento, lo llego consigo a su cuarto, cerrando la puerta tras de si... mostrando en su cuarto, lo despiadad que habia podido ser, con sus trofeos a la vista... organos humanos.
- Bueno... ¿que le vas a hacer a esta minina...?-musite ronroneando y moviendo la cola haciendo sonar sin cesar el cascabel.

Noto el cambio de comportamiento del mayor ante la vista de su cuarto, me sorprendi cuando me dejo bruscamente en la cama... pero tenia que reconocerlo, mi firmeza se habria quebrado y ahora estaba caliente, dejando a mi furtivo espiritu dejandose poseer, cuando oi: "Cosas malas, deliciosas y prohibidas", mis sentidos se estremecieron... y deseaban conocer el sentido de esas 3 palabras: malas, deliciosas y prohibidas. En un segundo senti su lengua juguetear en mi boca, y decidi unirme a su juego, dejandome hacer y moviendome yo por su boca... se le erizaron las orejas al sentir la mano del mayor intentando desabrochar su sosten... realmente la iba a poseer.

Sintio como su mano apretaba su seno, haciendola entrar en su mas escondido calor, si seguia asi su otro caracter pronto saldria completamente a la luz, su caracter asesino y sediento de pasion, estaba tan embobada en controlarse que no ollo lo que el mayor decia, cuando de pronto sintio la boca del joven en un de sus pezones, dejando la marca de su saliva en el, y atrallendo mis caderas hacia el, donde podia empezar a notar a su miembro.

Su matriz estaba a punto quebrar, pronto saldria aquel caracter tan asesino, en cuanto su lengua toco su cicatriz, inconscientemente se metio un dedo en la boca, mordiendolo para evitar gemir, estaba llegando a su entrepierna, siento como lo lamia a traves de la tela, haciendo que sin darse cuenta elevara las caderas... alzo una mirada hacia el mayor, puediendo contemplar como le quitaba su ropa interior.