De la manita de Kain~ [Privado]

Lo pensó un par de veces, no tal vez mas… se inclino un poco, pero retrocedió de nuevo, miro al cielo y una suspiro mas… una mirada nerviosa a la nuevo que se pintaba de color naranja por los rayos del sol y al final de manera rápida y torpe acerco su rostro al de Ritsuka, le beso a nivel de la frente y dijo en un susurro. –Intentemos hablar de algo mas…

Sonriendo, abrió lentamente sus ojos violeta al sentir el beso del mayor. Alzó su cabeza para mirarlo con una repentina sonrisa.

-Sólo dime que no me dejarás sólo. Hoy no quiero volver a casa. Quizás sea un poco egoísta... Pero... No quiero.- Dijo sonrojándose muy suavemente, mientras el color naranja del cielo iluminaba sus rostros.

“dime que no me dejarás sólo” Era la segunda vez que escuchaba eso, la segunda ves que le pedían tal cosa… pero esta vez las palabras tenían un peso especialmente mayor a la vez anterior. Varios recuerdos le vinieron a la mente, pensó en alejarse y no causarle ningún daño a Ritsuka, experiencias anteriores le habían enseñado que el podría ofrecer varias cosas, pero algo tal como el estar ahí siempre ahí… Trato de pensar claro lo que haría, no podía volver a dejar a alguien más atrás.

El viento se intensifico mas, el cabello se le revolvía con facilidad. Parecía esta vez no podría contener el demostrar un rostro angustiado, se apresuro a abrazar de nuevo al niño, lo apego mas a el, mas a las veces anteriores. Acerco sus labios al oído de Ritsuka. –No te dejare…-Prometió en un susurro. Pasos sus dedos entre los mechones de cabello ajeno y respiro hondo. –Puedes venir conmigo.- ofreció.

Como era posible que alguien cono el se encariñase tan fácilmente.

El viento... Removía sus cabellos, pero lo ignoraba... Era algo extraño, como si estuviera hipnotizado a estar con Kain...
Se dejó abrazar, sintiéndose mejor que nunca al estar tan cerca del mayor, y cerró sus ojos sonrojándose más...

-Gracias...- Susurró también cerrando sus ojos, disfrutando de aquel momento, del atardecer y, por supuesto, de la calidez del pelirrojo...

Ronroneó suavemente al sentir la mano del mayor acariciando su pelo.

Sin soltarlo y sin intensiones de separase aun, recargo la cabeza en uno de los hombros del minino y se quedo ahí. Podía escuchar la respiración de este, olfatear un aroma suave. Aun con el frio a su alrededor todo era cálido para el.

-Es cuestión de que me digas si te quieres ir ya, o si gustas hacer algo mas… -Sonrió, su propia actitud le causaba risa, si bien antes le había dicho que se comportaba con un niño queriendo se sentir grande… si ese era el caso, no le importaba ser un niño. –Solo dímelo ¿si?

Se quedó quieto... Hasta escuchar las palabras del mayor, que hicieron que alzara su rostro con sus pequeñas manos haciéndole mirarlo.
Lo cierto era que no le importaba quedarse ahí pero comenzó a pensar que quizás Kain se aburría. Además, no quería que ninguno de los dos cogiera frío. Sonriendo le habló.

-Quizás es ya hora de irnos... Pero...- Antes de decir lo siguiente se sonrojó. -¿Seguro... que no te importa que vaya contigo...?

Se veía un estorbo, aunque en el fondo sólo pensaba en estar con Kain y no volver a casa.

El chico sonrió levemente y negó con la cabeza. –Claro que no hay problema, yo no tengo ninguno y vivo solo… no te apures. -Le acaricio de nuevo el cabello para tranquilizarlo, no quería verle inquieto ni con motes tristes como anteriormente, acababa de decir que no le dejaría solo y estaba dispuesto a tratar por todos los medios esta vez no quitar el dedo del renglón.

De nuevo el aire llego, el frio comenzaba a traspasarle la ropa pero no presto mucha importancia ni miro a otra parte que no fueran los ojos del minino.

Sonrió de nuevo sonrojándose un poquito más al notar la mano ajena acariciar su pelo, sin dejar de mirarle a los ojos. Pero... El pequeño no notaba el aire debido a la chaqueta, pero sus manos todavía estaban junto al rostro de Kain, fuera de la chaqueta... Y sintió el frío.

-Hace frío... ¿Quieres tu chaqueta?- Preguntó y luego se quedó mirándolo esperando la respuesta.

Amplio mas la sonrisa y negó con la cabeza, había pasado ya antes peores tiempos, el frio era algo que se pudiese soportar fácilmente a comparación de otras cosas mas, era simplemente un incomodo físico y nada mas.

Tomo la mano de Ritsuka y la resguardo entre sus dedos, como si tratase con eso reforzar mas el lazo recién formado en un día y con tanta facilidad, el cual aun se preguntaba como era posible se formase en tan solo poco tiempo. –Por cierto-su expresión cambio explícitamente y por unos segundos a una de curiosidad completamente infantil y atenta a cualquier respuesta. –¿No habrá problema alguno si no llegas a casa?-Pregunto algo preocupado y sorprendido por que el chiquillo tomase con tanta facilidad la decisión de no llegar a casa, deseando no verse o intimidar al chico torpemente y de forma entrometida.

Sonrió dulcemente entrecerrando sus ojos al ofrecerle tan gentilmente la chaqueta aun cuando hacía frío, la aceptó guardando su mano libre de nuevo en ella mirando un poco de reojo al mayor, sus manos... estaban calentitas a pesar de todo. Aquellas manos suaves que envolvía la del neko.

...

¿Qué se suponía que le estaba pasando a Ritsuka? Siempre se mostraba muy frío y distante... Aunque últimamente estaba aprendiendo a ser más cálido, pero aún así a veces era tajante y odioso. Sin embargo... Con Kain era distinto. Con él preferiría no separarse nunca. Claro, Ritsuka lo sentía así, pero no se daba cuenta ni mucho menos... Continuó mirando al pelirrojo hasta que sus palabras lo despertaron. Parpadeó un par de veces sonrojándose por la situación, mientras decía levemente nervioso:

-Di-dime...- Luego escuchó su pregunta... ¿Por qué tenía que haber preguntado eso? Si dijera la verdad probablemente se preocuparía y debería volver... con su madre.

-N-no... En absoluto.- Dijo con una sonrisa torcida. Ah... El pequeño no servía para mentir.

Una gotita parecía resbalarle por la cabeza mientras negaba con la misma.

El rostro de el le dio a entender todo, en verdad estaba tocando tema el cual no debería de ser mencionado por lo que no pregunto nada mas, es mas todo lo contrario, siguió la corriente, después de todo solo le preocupaba el no traerle problemas a el, para el pelirrojo ya daba igual cualquier clase de problema con tal de que el niño estuviese bien.

De nuevo elevo una mano y se acomodo el despeinado cabello a causa del viento incesante y aspiro el aroma del atardecer tomando una gran bocanada de aire y expulsándola después, apretó la pequeña mano nívea que tenia cubierta por la suya y la acaricio levemente con uno de los dedos libres sin dificultad alguna.
-No hace falta que expliquemos mas. –Le sonrió ampliamente para tranquilizar las cosas, sin soltar la mano se levanto y dio un leve tirón de el brazo ajeno para ayudar a Ritsuka a incorporarse. –Después de todo, dije que no te dejaría ¿no es así?-Reforzó la promesa ya hecha y soltó una risilla.

-Vamos Ritsuka… -Le animo de nuevo y comenzó a avanzar mirando sobre su hombro sin dejar de verle a los ojos.

Observó sonrojado sus manos, las que estaban juntas, y al escuchar su voz regresó la mirada a la del mayor tras parpadear un par de veces, sonriendo también... ¿Se lo había tragado? Rió para sí. Ritsuka a veces era un tanto ingenuo.
Se levantó con la ayuda del mayor.

-Ha-hai...- Respondió asintiendo y mirando luego al suelo con una dulce sonrisa dibujada en sus labios... Esas simples palabras llenaban el corazón del pequeño. Qué extraño que no estuviera pensando en su hermano ni en nada más. Sólo en Kain a su lado. No quería nada más.

Dio un paso rápido para ponerse al lado de Kain y se agarró a su brazo, mientras la chaqueta, en el cuerpo de Ritsuka, parecía más bien una gabardina, y le hacía parecer más pequeño de lo que era. Alzó la vista un momento, pero al encontrarse con los ojos del mayor miró al suelo con una estúpida sonrisa difícil de borrar.