Te encontre...me responderas quien soy? [priv Ritsuka]

Fue conducido hasta un restaurante que parecía... ¿para gente rica...? Vaya... Quizás la comida de allí estuviera bien buena... Sonrió muy levemente al entrar y se sentó con el mayor, del cual se podría decir que era su acompañante. Lo miró mientras le hablaba y se sonrojó levemente... El mayor parecía hasta poder legar a ser caballeroso.

-E-está bien...- Por primera vez, aunque muy levemente, sonrió a Eun.

Una vez llegaron las cartas recibió una de parte del mesero y la sujetó mirándola... Uhm ese de ahí parecía estar bueno... Le acercó la carta al mayor señalándole lo que quería, ya que no se atrevía a pedírselo directamente al hombre que los atendía.

Desvió la vista un poco molesto cuando el mayor se rió de él, pero bueno, era de esperar de Eun...
Miró a ambos mientras el mayor pedía los platos, y alzó una ceja al mirarlo de reojo... ¿iba todo bien? Ah, vino... El neko rió levemente tapándose la boca. ¿Había algún problema por beber vino? Mientras no quedara hebrio...
Una vez el mesero se hubo retirado miró al mayor con una sonrisa divertida. Entonces se sonrojó levemente, olvidándose de lo que pasó en el parque.

-Gracias... Eres muy amable.- ¿Era su imaginación o Eun intentaba agradar a Ritsuka?

Agachó un poco su cabeza sin dejar de mirarle y sonreír.

-Bueno... ¡Sólo a veces!- Dijo divertido volviendo a reír suavemente.

Miró al parque cuando Eun lo hizo, pero no vio nada... ¿Qué miraba...?
Regresó la mirada al mayor cuando le hizo aquella pregunta, iba a responder una bordería, pero decidió no hacerlo.

-Ehm... Doce.- Contestó, pero... ¿le estaba escuchando?

¿Un llavero? Alzó una ceja, el pequeño comenzó a pensar que quizás al recién conocido le faltaba algún tornillo.

Abrió su ojos y dio un pequeño salto, molesto por el comentario del mayor. Una vez se hubo marchado el camarero, comenzó a comer con refunfuño.

-No soy un niño.- Dijo tajante saboreando la comida... Un momento. ¡El pescado estaba buenísimo! No pudo evitar sonreír, aunque no a Eun, sino para sí mismo, aunque fuera una sonrisa un poco leve.

Comió con gusto, sin fijarse en nada más que en su plato, ya que tenía hambre. Al terminar se apoyó en el respaldo de la silla con un suspiro de satisfacción y se tapó la boca para no dejar salir un eructo. Miró al mayor y le sonrió de nuevo, levemente sonrojado.

-¡S-sí!- Contestó sonriente... "Demonios... ¿Por qué tengo que ser amable con él?"

Puso el dedo índice en sus labios, algo pensativo. Lo cierto es que... ¡Ya!

-Mmmm... ¡Helado! ¡De chocolate!- Eso le recordaba a alguien. De repente miró al parque como intentando saber la hora... Oh Dios, su madre lo mataría...

Sonrió sin dejar de mirar allí por el comentario del mayor. De repente miró sobresaltado a Eun... ¿Cómo supo que pensaba en volver? Se sonrojó levemente y sonrió.

-Gracias... "Aunque de todas formas ya voy tarde..."- Pensó.

Observó todavía sonrojado aquella "obra maestra" que trajo el mesero con un cristalino brillo en los ojos, mientras la boca se le hacía agua. Miró a Eun tras su comentario y una gota pareció resbalarle por la nuca.

-Ca... ¿Cachorro?- Parpadeó un par de veces y un tanto nervioso comenzó a comer... Emitió una especie de gemido, el helado estaba riquísimo.

Tragó y lo miró.

-No soy ningún cachorro, ya soy mayor.- Dijo seguro, aunque muy en el fondo sabía que no era así.

Continuó comiendo con ganas, sabía muy bien, y más después de un plato caliente. Cogió una de las barritas de chocolate y la mordió con suavidad, disfrutando del placer de su dulce favorito.

-Qué rico...- Comentó en voz baja, aunque audible.

Comió con el ceño fruncido, como negando las palabras de Eun. Una vez hubo terminado, el mayor le ofreció su copa. Miró la copa y luego al mayor, sonrojado. Un extraño brillo apareció en sus ojos y sonrió abiertamente.

-¡¡Gracias!!- Dijo muy animado comiendo con sumo gusto el helado, que le supo incluso mejor que el suyo.

Terminó y empujó levemente la copa a un lado para apoyar el codo en la mesa y su cabeza sobre su muñeca.

-Ahh... No puedo más...- Dijo con un poco de chocolate en la comisura derecha.

Miró a Eun de reojo al decir eso y se alejó un par de centímetros al ver su dedo acercarse, pero observó lo que hizo y se quedó sonrojado y sin palabras...

-Hentai...- Dijo en voz baja para que sólo Eun lo escuchara y desvió la vista, todavía sonrojado.

-¡No soy ningún pervertido!- Dijo malhumorado mirando al mayor de reojo sonrojado.

-Ha-hai!- Asintió a sus palabras... Pronto se reencontraría con su madre...

Se levantó al mismo tiempo que el mayor, estirándose levemente y suspirando... Al menos se lo había pasado bien.
Se fue detrás de Eun.

-Hai... Muchas gracias, Eun-san...- Agradeció sonriendo al mismo mientras salían del sitio.