Recuerdos eternos [Privado]

Paseaba sola por las llanuras solitarias del apacible campo, ahora inmerso en la suma oscuridad aunque iluminado por las comunes luciérnagas de verano. Tenía tantos recuerdos de aquel lugar... ¿cuánto habria pasado?...¿ dos años?, ¿o quizás tres?, de todos modos, aquel lúgubre camino le traia mucha nostalgía. Ya cuándo llegue al final del tramo, observe despreocupada, añorando aquellos años de infancia... ¿Dónde estara ella?. Me senté en lo que en su día habia sido mi trono... y contemple el cielo estrellado, preguntandome que habria sido de aquella persona que habia crecido conmigo, recordando que en aquellos tiempos era llorona y una simplona... ¿habría cambiado en algo?.

Presintio la presencia de alguien por aquel lugar sagrado.
-¿quien podra ser? - penso curiosa.
Hacia tiempo que nadie se acercaba por alli, y le extraño sentir el alma de un ser humano, fue buscando la esencia moviendose felinamente por aquel paisaje, hasta ocultarse detras de un alto numero de vegetacion, para observar a la intrusa, aunque se desconcerto un poco al poder reconocer a aquella que estaba mirando con vista perdida el basto cielo, salio de entre la vegetacion y camino hasta quedarse a pocos centimetros de la otra.
- Konba wa... Luchia onee-sama... - dijo con voz fria, sin dejar de mirar la figura de la mayor.

No podia ser... ¡era ella!, como si me hubiera leido los pensamientos a distancia... había aparecido de entre las sombras, y he de decir que me sorprendio su aspecto, ¿qué le había ocurrido?... se notaba que no era la misma, es más, no hacia falta mirar su aspecto, el edor que desprendia de oscuridad, era vomitibo. Me levante en pos de acercarme, pero la mire con ojos serios y retoricos.
-Curioso... justo estaba pensando en tí... y es increible... apareciste - una pequeña sonrisa adorno mi serio rostro- hacía tiempo que no nos veíamos...y has cambiado, aunque no se si para bien o para mal, y eso que te conozco mejor que nadie... ya que sigues siendo mi hermana menor ¿Verdad Kyomi? - mire sus tibios ojos con vista despreocupada y fría.

Sus ojos centellearon por un momento, odiaba que la llamaran por su nombre... odiaba ese nombre y el pasado que arrastraba con el.
-No me llames asi... sabes que renuncie a ese asqueroso nombre desde hace tiempo... sigues siendo la misma egocentrica y creida de siempre, onee-sama - eso ultimo se ollo entre dientes, como si le costara llamarla asi- a que narices has venido?, porque dudo que hayas venido a disfrutar burlandote de mi persona. - sus ojos estaban ya estallando de chispas, que pronto se harian llamas.

Le resulto divertido ver la forma en la cual había reaccionado, sonrei entrecerrando mis ojos y me acerque algo más a ella.
-Puede parecerte absurdo... pero he venido a buscarte...si... después de todo este tiempo, tu egocéntrica y creída hermana mayor a venido para llevarte consigo... - inspeccione el cuerpo de esta- ¿y esas cicatrices?... ¿desde cuándo vas peleandote cuál perro callejero? - mi tono sonó divertido y burlón.
Había cambiado demasiado, lo que en su día eran ojos azules y puros como el mar, se habían transformado en rubies fríos y duros; su piel habia sufrido la helada brisa de un glaciar, quedandose blanquecina y ténue; su pelo... aquel pelo tan libre y sedoso... había sido amarrado por dos largas coletas, bañado por el negro más oscuro; su cuerpo... había dejado atrás su vestiferia arreglada y lujosa, para mostrar unos atuendos oscuros y destapados, mostrando sin tapujo alguno, lo poco que quedaba de su cuerpo y esencia humana. Mi análisis fue bastante rápido, lo cuál pude comprobar que mi propia hermana se había convertido en la peor de las pesadillas existentes.

Su paciencia iba a estallar en cualquier momento, tenia la mano ya dispuesta en la empuñadura de su katana, para desenfundarla en cualquier momento y segarle el cuello sin miramiento alguno.
-No soy ningun perro... y menos del que debas preocuparte... todo este tiempo me he cuidado yo sola... no necesito ir contigo a ninguna parte... solo me harias recordar cosas que no deseo volver a ver pasar por mi cabeza nunca mas - su mirada habia estallado en la particular llama azulada, en poco tiempo su matriz se volveria asesina y no le importaria de quien fuera la vida que segara- te advierto que no soy la misma persona que jugaba contigo en antaño. - sentencio comenzando a desenfundar la katana.