Caminando... [Libre]

Hace mucho que no volvia a aquella ciudad en la que vivian todos sus recuerdos...
Inspiro suavemente el aire de aquella tranquila noche, sonrie levemente y acomoso alrededor de su cuello la bufanda color marfil que tenia puesta.

Creo que es hora de volver.. - susurra como para si mismo, mirando fijamente a la luna.

Siguio su camino con calma, mirando al frente, a toda esa ente sin importancia alguna que solo vivian porque le tenian demasiado miedo a la muerte.

Sintio pena por ellos...

Se pregunto por Ritsuka de manera interna. Tenia el presentimiento de que todo seria algo novedoso a partir de ahoramlo cual era riesgoso, pero a fin de cuentas, divertido.

¿Por qué tenía que enfadarse ahora? ¿Por qué su madre era así?
Esa noche la pasaría fuera. Ojalá mamá se aburriera buscando a Ritsuka. Caminaba por las calles de Tokyo, era de noche y hacía frío, y una ensangrentado rasguño decoraba la mejilla derecha del neko. No sería bueno estar tan solo a esas horas por mitad de la calle, pero al niño eso le importaba poco.
Tenía sueño, a esas horas debería estar o intentando dormir. Se tropezó con alguien.

-Uhm... Gomennasai.- Dijo haciendo una reverencia con aspecto cansado, luego continuó andando. ¿Con quién se encontraría...?

Continuaba tranquilamente caminando hasta que alguien choco con el, retrocedio un poco y escucho al chico disculparse. Su voz ...

Su voz, esa voz.

Como estaba mirando al cielo no lo habia visto, pero al escucharlo dirigio su mirada al neko con quie habia chocado..
Este ultimo, muy despistado, parecia dispuesto a irse, sin darse cuenta de nada.

Quizas habria algo que lo haria recordar..

Hizo un gento que siempre hacia cuando Ritsuka necesitaba proteccion. Con su mano derecha acaricio suavemente sus cabellos, sonriendole muy levemente.

Descuida, Ritsuka

Sí. A esa persona la conocía... Pero no podía ser...
Se quedó helado al notar esa mano, esa suave y dulce mano que lo acariciaba cuando lo necesitaba, y esa melodiosa voz que le encantaba escuchar, que lo envolvía como un abrazo maternal... ¿o más bien fraternal?

Tras un leve silencio alzó la vista para encontrarse con su rostro, entonces sus ojos se abrieron eliminando cualquier rastro de sueño.

-Sei... mei...- Susurró apenas audible.

Sonrio levemente al confirmar que el pequeño neko lo habia reconocido satisfactoriamente, paso su mano suavemente por la cabeza del menos, acariciando sus suaves orejas gatunas.

Luego quito su mano y la ubico en el bolsillo de su chaqueta color crema sin quitar por un momento la vista del rostro, mas bien, de los ojos de su hermano.

Si, Ritsuka, he vuelto.

Se sonrojó suavemente al recibir las caricias en las orejas y luego posó la mano en el rostro de Seimei, atónito.

-Pero... estabas... muerto...- Unas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

Entrecerro los ojos y exhalo algo de aire, decepcionado, aunque luego penso que para un niño de su edad era normal actuar de ese modo.

Que pasa, Ritsuka... ¿Por qué estás llorando? - preguntó con voz neutral y luego su expresion se volvio algo mas seria - Acaso no te alegra que este vivo?

No se separo del menor, pero su mano ya no acariciaba mas la cabeza del pequeño. Solo le miraba fijamente, como si solo con su mirada, pudiera saber que pensaba realmente y mas importante aun, que sentia su hermano menor.

Apartó su mano al ver su expresión y cómo le miraba... ¿estaba enfadado...?

-N-no... no es eso... Es... sólo que...

Entonces se abrazó al mayor ahora sí rompiendo a llorar.

-¡Te eché mucho en falta, Seimei!

Suavizo un poco la mirada pero no volvio a sonreir al pequeño, mientras miraba como este se echaba a llorar dramaticamente mientras le abrazaba.

La mano que aun permanecia en la cabeza del menor dejóese sitio y se poso en la espalda de este.

Ritsuka está llorando - murmuro - Si yo no hubiera vuelto, Ritsuka no estaria llorando, me equivoco?

No... Eso no era tristeza. Era alegría. Escondió el rostro en su abdomen todavía llorando.

-Pero no importa que llore, no me duele, me dolía cuando tú no estabas... Seimei no está muerto...- Sollozó mientras apretaba un poco más su abrazo.

Sintio como el menor le abrazaba con un poco mas de fuerza, aferrandose como si fuera a hacerse humo de un momento para otro. Esbozo una sonrisa muy leve, mas bien ladina.

No, Ritsuka, no estoy muerto.

Luego elevo el rostro para ver un momento al cielo.

Perfecto.

Se despegó un poco sin mirarlo al rostro, más bien miraba al suelo, como si sintiera devoción por su hermano. Bajó sus orejas y sonrió parando el llanto.

-Vas... ¿Vas a volver a casa?- Preguntó en un susurro.

La pregunta del niño le hizo sentirse triunfante por un momento. Estudio la mirada del menor por un momento, luego, con uno de sus brazos rodeo al pequeño y murmuro sonriendole como siempre lo hacia.

Dime, quieres que vuelva?

Cerró los ojos sin borrar esa sonrisa al sentir cómo lo rodeaba.

-No lo quiero... Lo deseo... Anhelo aquellos días que pasábamos juntos...- Susurró.

Le miro entrecerrando un poco los ojos, sin quitar por un momento los ojos de los orbes de su hermano. Quizas sea buena idea... pero queria probar una cosa mas.

Crees que sea bueno?

-No lo sé... Pero... ¿por qué no?- Dijo sonriendo un poco más amplio mirando a los ojos a su hermano, y, como él, entrecerrando los ojos.

Suspiro levemente al escuchar las palabras de su hermano. Quizas era buena idea en cierto modo pero quizas seria demasiado arriesgado.

Podria ser.. - respondio sonriendole, mientras le acariciaba la cabeza.

Miro alrededor, hacia bastante que habian estado ahi , de hecho estaba atardeciendo.

Dime, Ritsuka, quieres ir a algun lugar en especial?

Ese comentario... Quizás no volviera. Pero no importaba si estaba con su hermano. Sonrió y ronroneó levemente, un poco sonrojado, por volver a sentir las caricias de su querido hermano, al que tanto echó de menos.

-Lo cierto es que no me importa dónde vayamos...- Respondió sin dejar de sonreír a Seimei.

Quito la mano de la cabeza del niño mientras comenzaba a caminar por la calle. Recordo que no muy lejos de alli, estaba la pasteleria que tanto le gustaba a Ritsuka cuando era mas pequeño, le encantaban los pasteles y los helados de alli, por lo que penso que seria.... buena idea llevarlo ali.


Sigueme... tengo una idea..

Alzó un ceja observando cómo echaba a andar y lo escuchó, con su típica curiosidad, y comenzó a seguirle sonriente.

-¿A dónde vamos, Seimei?

Siguio andando sin responder la pregunta, despues de todo pronto lo sabria el pequeño.

Torcio por una calle y siguio caminando un poco mas hasta que llegaro al frente de aquel lugar. Habia bastante gente, parecia haberse vuelto muy popular.

Dime Ritsuka, aun te gusta este lugar?

Al no recibir respuesta, encogió los hombros y se limitó a seguir a su hermano observando las calles nocturnas. Esas mismas calles las había visto antes...
Observó el establecimiento y un cristalino brillo apareció en sus ojos. Luego de escucharlo, miró a su hermano.

-¡Claro que me gusta!- Respondió animado.

Bien..

Miro al menor con calma, como siempre lo hacia, sonriendo. Sabia lo mucho que le encantaba ese lugar a Ritsuka. Al Ritsuka que el conocia. A su Ritsuka.

Entramos?

-¡Sí!- Respondió justo antes de entrar por la puerta y sujetarla para que entrara el mayor, respondiendo su sonrisa con otra quizá más grande.

Sonrio leve y entro en el establecimiento, era mucho mas grande ahora de lo que lo recordaba.

Entrecerro los ojos.

Todo habia cambiado...

Miro aal menor y sonrio con calma a este.

Que es lo que deses Ritsuka?